miércoles, 30 de noviembre de 2011

Civilizados

Leyendo el periódico y con el café enfriándose, un hombre le platica a su esposa una nota que le ha llamado la atención:

            –Fíjate amor que aquí dice que han encontrado una tribu de salvajes en el norte. Son como nosotros, pero de ninguna manera comparten nuestras creencias y costumbres. ¡Imagínate nada más! Estando en el pináculo de la cultura, éstos cazan a otras personas para comer.

            –¡Ay! No sigas más, te lo pido por favor. Bien sabes que no me gusta hablar de esas cosas en la mesa. Eso déjalo para la tarde, o para antes de ver las noticias de la noche.

            –Sólo deja que te cuente esta parte. Estos salvajes salen por las noches a capturar a sus víctimas, las desollan vivas y se las comen crudas. No distinguen si son hombres, mujeres o infantes, para ellos son todo lo mismo.

            –¡Bueno! ¡Te vas a callar de una vez! Has conseguido que me den nauseas y bien sabes lo delicada que soy con el estómago. Es increíble que me cuentes eso. Busca otra nota, platícame algo agradable, léeme un artículo que después pueda compartir con mis amigas al medio día o con los chicos a la hora de la comida.

            –¡No te pongas así! Te cuento esto porque me resulta sorprendente. ¿O no te parece impactante saber que ahora, que somos capaces de tantas maravillas tecnológicas, en el mundo sigan habiendo personas así de incivilizadas?

            –Eso te enseñará a valorar lo que tenemos.

            –Indudablemente.

            –Es sorprendente que estos pobres tengan que hacer eso con otras personas, pudiendo ir al mercado y comprar su carne humana como nosotros. 

            –O conservar a los niños como mascotas, al menos hasta que dejen de serlo.

            –Eso no me parece tan buena idea. Ya ves nuestra hija, que se encariñó tanto con el último niño, que después no quiso ni probarlo cuando lo preparé para la cena.

            –Tienes razón.

            –Aunque no la culpo, se ven tan lindos así de chiquititos e indefensos, casi como gatitos, pero mucho más sucios.   

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