domingo, 7 de diciembre de 2014

Ella sueña

Ella sueña con ballenas que navegan por el espacio infinito, entre un planeta y otro, entre las paredes y el techo, entre sus retratos familiares y aquel ángel andrógino; que vela su sueño con dulzura y deseo, mientras los cetáceos cantan como ninfas que hicieran el amor con Dionisio y Apolo.
            Ella sueña con cielos abiertos, como océanos eternos, sin costas, montañas ni horizontes; cielos sin nubes, soles, ni luceros, sólo la Luna, como un espejo silente, testigo y cómplice de su vida, amores, desvelos y fantasías.
            Ella sueña con relojes sin manecillas, besos apasionados sin mentiras ni culpas, oleajes de espuma blanca sin despedidas, melodías tormentosas sin nostalgia, despertares sin presiones ni prisas, mensajes de amor sin reproches, ciudades azuladas sin calles ni avenidas, luces sin bombillos, canciones sin finales, y farolas blancas en cada esquina.
            Ella sueña con jardines celestiales, aves multicolores, lechuzas vespertinas, religiones sin deidades, mapamundis sin letras, naciones sin banderas, trabajo sin rutina, en fin; fe sin ataduras.
            Ella se sueña desnuda, entre suaves sábanas de algodón y lino. Sueña con la frescura de la noche acariciándole su cuerpo, el canto de las ballenas arrullándola en su lecho, las olas de sus pensamientos reventando contra sus senos, y la fragancia de los rosales endulzándole los sentidos, mientras tanto yo…

…sueño con ella.   

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