miércoles, 25 de febrero de 2015

¡Corte!

Entonces ahí estaba, todos decían que yo era la indicada, que ese personaje había sido creado para mí, y lo peor es que me lo creí.

–¡¿Cómo pude ser tan tonta?! –

Ya me lo decía mi madre, pero fui una ingenua. Ahora lo único que lamento es que quizás no pueda hacer nada para remediarlo.

Yo sólo quería ser parte de una película de horror, y véanme ahora, con los ojos hinchados, las rodillas lastimadas y la garganta adolorida de gritar como loca, y ¡todo para qué! Para que a última hora, el director decida eliminar mi única escena, y le dé el protagónico a la zorra que no supo ni decir su parlamento, todo porque ella sí tenía un par de cosas que yo no poseo: mucha silicona y dos piernas fáciles.

Ahora sólo soy una zombi más de la horda, y no puedo esperar el momento en que el imbécil del director diga ¡Acción! Y le ponga un poco más de realismo a esta película.


Sé que me arrepentiré de esto mañana, pero ¿qué se le va a hacer? Tal vez diré que me dejé llevar por el personaje.

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